sábado, 7 de septiembre de 2013

Ramiro de Maeztu (1875-1936)

Ramiro de Maeztu por Ramón Casas
Figura olvidada y de considerable interés, tercer vasco de la generación del 98. La participación de los vascos en esta generación es notable: Unamuno, Baroja y Maeztu. 
Pertenecía a una familia de padre vasco y madre inglesa. Nacido en Vitoria, tuvo otros dos hermanos: Gustavo, pintor interesante y María, de gran importancia en el campo de la pedagogía, fue discípula de Ortega cuando era profesor de filosofía en la escuela de pedagogía, antes de obtener la cátedra de metafísica. Mantuvo relación siempre con la familia de Ortega. 
Mujer de gran formación, creó la Residencia de Señoritas, como lo fue en el aspecto masculino la Residencia de Estudiantes. Muchos años antes de aparecer los protagonistas de la generación del 27, aunque parecen ser los únicos existentes, para los críticos poco avisados.
En la Residencia de Estudiantes se publicaron "Las meditaciones del Quijote" de Ortega, siete volúmenes de ensayos de Unamuno,  una edición de "Platero y yo" etc. 
Julián Marías conoció mucho a María de Maeztu, pues Marías daba unos cursos informales en La Residencia de Señoritas que tuvieron mucho éxito, sorprendiendo el nivel de sus alumnas a Ortega y Morente, lo que llevó a María de Maeztu a solicitar de Marías un curso formal de filosofía en los años 35-36.
María de Maeztu era una mujer muy organizadora, enérgica, eficaz e inteligente. Después de la guerra se fue a Argentina y volvió pasados los años, para regresar otra vez al país del Plata.
Ramiro de Maeztu estuvo en Cuba y regresó en el 1898, se relacionó con Baroja y Azorín, los llamaban "los tres". En 1899 publicó un libro titulado "Hacia otra España", lleno de entusiasmo reformista, con actitud crítica y veleidades anarquistas. Tuvo la influencia de la obra de Nietzsche: obra confusa pero que atraía por su belleza, más que por su rigor intelectual. 
Maeztu se hizo amigo de Ortega, aunque había una diferencia de ocho años. La primera dedicatoria de "Meditaciones del Quijote" tenía una dedicatoria a Maeztu. Ortega reprochaba a Maeztu falta de rigor intelectual, a pesar de su pasión y entusiasmo.
Después se marchó a Inglaterra, país que despertó su interés, se casó con una inglesa como su madre. Luego publicó un libro sobre su experiencia inglesa que indicaba un cambio de actitud.
En los años veinte publicó un estudio de tres grandes mitos españoles "Don Quijote, don Juan y la Celestina", libro interesante y accesible.
Empezó a cambiar y se interesó por cuestiones políticas e históricas. Se comprometió con la dictadura de Primo de Rivera al acceder a la embajada de España en Argentina, lo que no dio buena impresión entre sus compañeros de generación y produjo un enfriamiento de su relación con ellos.
Con el advenimiento de la República se crea una asociación llamada "Acción española" que crea una revista del mismo nombre y Maeztu participa con ellos en el repudio de la situación creada con artículos a veces violentos.
A pesar de lo anterior en esos años publica su libro más importante "Defensa de la Hispanidad", interpretación de la Historia de España en la que resalta la evangelización de América, fue elogiado por Antonio Machado en una carta sumamente cordial y amistosa. Lo que demuestra que todavía era posible la convivencia intelectual. Pero los años posteriores fueron hacia lo peor y predijo su asesinato.
Maeztu es hoy muy olvidado, su obra era la de un hombre apasionado, con un fondo de pesimismo. Su defensa de la Hispanidad era constante y el catolicismo que llevaba aparejado, la evangelización de América le marcó para siempre. La Historia española de los siglos XVI Y XVII es su reivindicación permanente, algo parecido a Menéndez Pelayo, sobre todo en su época juvenil. Para Maeztu España es esos siglos y tiene una impresión negativa de lo posterior. 
Hay que advertir que el siglo XVIII es muy poco conocido hasta hace escasos años. Es un siglo enormemente interesante. Maeztu creía que era un siglo de dinastía extranjera y por lo tanto no español. Pero la verdad es que los borbones se españolizaron muy pronto y tal vez demasiado. El siglo XVIII supone la unificación de los usos europeos que también llegaron a España. Esa supuesta extranjerización no era verdad. Maeztu no ve en la España del siglo XVIII más que la Ilustración, pero en España pervive la continuidad, en parte por desconocimiento de la Historia.
La Historia de España ha sido muy mal conocida. Desde Menéndez Pidal ha progresado mucho, sobre todo en la Edad Media. También el caso de Asín Palacios en el estudio de la España musulmana.
Maeztu solía tener razón, pero si se sigue leyendo la pierde. Produce melancolía su obra, llena de entusiasmo y pasión, pero ese bajar el telón en 1700 le hace perder su valor. 
Su visión de la Historia le hizo acercarse a las posiciones más negativas de la realidad española. 
Se ha preferido no leerlo, ni recordar su muerte, se le ha relegado a un olvido que no merece. En algunas figuras de la historia pasa lo mismo. Sus últimos años son de pérdida de la razón, pero no se tiene en cuenta la trayectoria total, que si se tiene en cuenta cuando el autor empieza sin la razón y al final la encuentra.

Apuntes de una conferencia de Julián Marías sobre Maeztu en el curso "Antepasados vivos" 


Artículo reproducido en el periódico "Crisol" sobre la influencia del clericalismo en España:
"La ciudad comida por el clero". De la etapa juvenil de Maeztu, claramente anticlerical.

02 11 1952 La trayectoria por Azorín
05 07 1952 La "Kantina" de Londres por José Plá

04 09 1960 Maeztu y su "98" por García Mercadal

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